Por: Hernán Yanes, con la colaboración de Karina Rojas
Finalmente Mujica hizo públicas las medidas que venía elaborando su gobierno para encarar el tema de la creciente inseguridad ciudadana. Entre ellas destaca la propuesta de legalización del comercio de marihuana, aunque acompañada de otras medidas que aumentan el control social y habilitan la represión.
Debemos recordar que en los últimos meses el tema del aumento de la delincuencia y la inseguridad han ido ganando protagonismo en la agenda política, tanto por ser percibido por amplios sectores de la población como uno de los mayores problemas actuales así como por ser el centro de los ataques de la oposición blanca y colorada a la política oficialista.
Desde hace un tiempo el Frente Amplio viene respondiendo a esta problemática con distintas acciones de características represivas (mega operativos policiales, razzias, controles y cacheos aleatorios) dirigidos especialmente contra los barrios pobres, a la juventud pobre (por “portación de cara”) y con un discurso cada vez más duro que tiende a criminalizar la pobreza.
El FA en el gobierno olvida así que los fenómenos de delincuencia e inseguridad son la expresión de la explotación y miseria que ofrece el capitalismo para los trabajadores y el pueblo. Aún en épocas de bonanza económica excepcional, el Frente Amplio no fue más allá de una tibia recuperación en relación a la crisis del 2002, pero manteniendo en lo esencial el “modelo”: salarios prácticamente de sobrevivencia para amplios sectores de trabajadores, precarización, falta de seguridad social, informalidad, marginación, y grandes ganancias para los capitalistas locales e imperialistas.
Con estos anuncios el gobierno de Mujica intenta reacomodarse políticamente y retomar la iniciativa frente a la oposición. Tomando lo esencial del proyecto de la derecha en la forma de enfrentar la violencia y delincuencia, agrega algunas propuestas “sociales” y otras que son viejas reivindicaciones de los jóvenes como el consumo legal de marihuana.
Recurre a un conjunto de medidas que mezclan aspectos asistencialistas (atención a los adictos y personas en calle, aunque estos últimos de forma compulsiva) con claros rasgos de control social y otras directamente represivas y autoritarias, mayor presencia policial, endurecimiento de penas para delitos y para adolescentes infractores entre otras. La propuesta de generar un registro de consumidores va en este sentido, y es claramente controladora y policíaca.
En este marco, la propuesta de legalización y comercialización de la marihuana, si bien tomada aisladamente es una medida progresiva sobre un derecho elemental de la vida personal de los individuos, no es mucho más que una acción demagógica que intenta ganarse la simpatía de la juventud.
Los marxistas revolucionarios estamos por la legalización de todas las drogas, tanto porque su consumo es una cuestión de libertad y elección personal, como porque la prohibición es la que genera un mercado paralelo del que se enriquecen algunos capitalistas que se dedican al negocio del narcotráfico. Las “drogas” se transforman así en una mercancía que deja fabulosas ganancias.
Las medidas del gobierno apuntan a una mayor represión de los miles de pobres y excluidos que participan del negocio como forma de sobrevivencia mediante el endurecimiento de penas y sanciones, y no hay ninguna garantía que verdaderamente vayan por los “peces gordos”, las redes internacionales de narcotráfico. El fenómeno de la pasta base no es más que otra expresión de la decadencia capitalista y la falta de futuro para los miles de jóvenes excluidos y marginalizados que viven en asentamientos y barrios pobres en donde la delincuencia y las actividades ilegales son vistas como alternativa a la explotación laboral y la miseria cotidianas. Por otro lado, el documento oficial habla de que la "fractura social" es lo que llevó a nuestra sociedad a la actual situación. Pero lo que no dicen es que la trama vincular al nivel de la sociedad estuvo condicionada por las políticas económicas de los últimos 30 años (neoliberalismo, donde todos los partidos políticos son responsables). El triunfo ideológico de la burguesía en los años 90 (proceso a nivel mundial) reforzó una moral individualista y profundizó los márgenes de pobreza y pobreza extrema. En este marco, las sociedades se volvieron más violentas porque el capitalismo como sistema social es violento, y los estados ejercen el monopolio de la fuerza contra los trabajadores y los sectores más pobres de la sociedad. Crímenes como el de La Pasiva encuentran una explicación en esta situación.
De la misma manera la internación compulsiva para los adictos a la pasta base(1) o para aquellos que consuman más de 40 cigarrillos de marihuana no resuelven el problema y son salidas autoritarias y de control, es necesario garantizar el acceso a servicios de salud de calidad y tratamientos gratuitos con acceso para toda la población. Es un cinismo de parte del gobierno que hoy dice estar preocupado por los adictos, cuando los servicios sanitarios que hoy existen para atender estos problemas están vaciados, sin recursos, sin personal técnico que haga seguimientos, sin camas de internación, sin atención las 24 hs.
La juventud debe pelear por sus propias demandas
La juventud y los trabajadores/as uruguayos/as no deben depositar expectativas en la demagogia del gobierno. Tenemos que prepararnos para librar una lucha por nuestras demandas de forma independiente del gobierno y de cualquier partido patronal.
Por una verdadera legalización de todas las drogas: venta libre, control del estado de su calidad
Por aumento del presupuesto para la salud, por centros de atención a las adicciones orientados por una política de reducción de daños, por más recursos humanos y financieros para atender esta problemática. Pero nada de esto se puede hacer sin plata, por lo que hay que dejar de pagar la deuda externa y dejar de exonerar los impuestos a los capitalistas.
Basta de represión y criminalización de la pobreza y de la protesta.
Basta de represión y criminalización de la pobreza y de la protesta.
Basta de persecución a la juventud. Libertad a David Lamarthe. Que metan en cana a los milicos torturadores, no a la juventud y los luchadores.
No a la baja de edad de imputabilidad.
Aumento ya del salario mínimo al nivel de la canasta familiar, basta de trabajo en negro y precario
Por los derechos de la juventud trabajadora a terminar sus estudios, flexibilidad horaria en los trabajos
Por políticas de vivienda, por un plan de obras públicas controlado por los trabajadores, para dar trabajo digno y hacer casas y mejorar los deteriorados edificios de escuelas y hospitales
Por un movimiento independiente en las calles de la juventud, los trabajadores y los estudiantes por el salario, por nuestros derechos civiles (entre ellos a fumar lo que querramos) y contra las medidas represivas QUE YA SE ESTÁN APLICANDO.
Que el PIT-CNT convoque ya a un Paro Activo Nacional, para unificar los reclamos que hay (docentes, funcionarios estatales, etc.), que rompa su seguidismo al gobierno. Que este paro sea convocado también por la FEUU y el resto de los organismos.
Notas
1. Recordemos el desprecio de Mujica contra los “pastabaceros” que ya en otras ocasiones dijo que tenían que hacer trabajos forzados o mandarlos a hacer el servicio militar, es decir, todas salidas represivas y reaccionarias.
* Este nota ha sido publicada en el sitio de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional (FT-CI) http://www.ft-ci.org el 1º de julio de 2012.
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