miércoles, 22 de diciembre de 2010

Los municipales de Montevideo enfrentan al gobierno frenteamplista y sus personeros


Por Hernán Yanes

En los últimos dos meses y sobre todo a partir del paro general del pasado7 de octubre, la clase trabajadora uruguaya ha salido a luchar por aumentos de salarios, mejores condiciones laborales y en defensa de sus conquistas históricas.
Los judiciales que ocuparon la Suprema Corte de Justicia, los aduaneros con sus cierres de los pasos fronterizos, los bancarios y sus bloqueos al servicio del clearing, los cortes de ruta, las movilizaciones y paros de los trabajadores del Comercio, de los shoppings, supermercados y call centers, las marchas de los metalúrgicos y otros muestran la disposición de amplios sectores de la clase obrera de luchar para mejorar sus condiciones de vida debiendo enfrentarse con un gobierno considerado “de izquierda” pero que cada vez más muestra su defensa de un sistema que beneficia a la patronal y al imperialismo.
Frente a esta ola de conflictos los empresarios, los partidos tradicionales blanco y colorado piden mano dura mientras que el FA acusa a los trabajadores de estar manipulados por grupos de ultra izquierda que le hacen el juego a la derecha.

El Partido Comunista gobierna en Montevideo contra los trabajadores y al servicio de las empresas

Desde hace aproximadamente 45 días el sindicato de ADEOM (Asociación de Empleados y Obreros Municipales) de Montevideo, comenzó con paros por aumentos salariales para los funcionarios de la Intendencia. Su reclamo pretende llevar el sueldo mínimo a 20000 pesos nominales a finales del quinquenio de gobierno, el equivalente a media canasta familiar.
La intendenta Ana Olivera, que asumió hace algunos meses y es integrante del Partido Comunista y del Frente Amplio rechazó desde un comienzo esta pretensión y se mantuvo firme en su negativa. Niega así el derecho básico de los trabajadores a cobrar un sueldo mínimamente digno, tratando su pedido de desmedido, mientras accede y favorece la contratación de empresas tercerizadas y ONGs que acumulan ganancias mientras pagan sueldos de hambre a sus trabadores precarizados.
Pero además aumentar los sueldos de los empleados municipales sería un peligroso precedente en un contexto en el que otros sectores tanto público como privados sostienen medidas de lucha por recomposición salarial, en un contexto económico de crecimiento y de todo tipo de medidas de “incentivo a las inversiones” como le gusta decir al presidente Mujica, que no es otra cosa que asegurarle más ganancias a los empresarios.

Como parte del conflicto municipal la ciudad comenzó a sentir los efectos de la medida al acumularse basura en sus calles y la comunista Ana Olivera con el apoyo explícito y total del Partido Comunista y todo el Frente Amplio no tuvo problema en decretar la esencialidad del servicio de recolección de basura y de guardavidas limitando el derecho a huelga y recurriendo a leyes que la derecha a través de Pacheco Areco puso en práctica a fines de la década del 60 y fueron antecedentes de la sangrienta dictadura.
Esta medida amenaza con despedir a los trabajadores que realicen paros en servicios considerados “esenciales” y es claramente un arma peligrosa para frenar la lucha, así como el reciente decreto de Mujica que impide ocupar edificios públicos y habilita la inmediata intervención policial.

Mujica militariza la recolección de basura. El Frente Amplio nuevamente muestra para quién gobierna

Aquellos que tenían alguna esperanza en un gobierno más de izquierda por el pasado guerrillero de Mujica pueden ver cómo, por el contrario, el presidente tupamaro avanza con más fuerza y autoritarismo contra las conquistas históricas de los trabajadores (como con sus ataques a los empleados públicos) y ofreciendo más ganancias para las patronales.
Su decisión de enviar a las tropas de las Fuerzas Armadas a levantar la basura frente al paro municipal, militarizando de hecho el conflicto, utilizándolas como rompehuelgas, es ceder al reclamo de la derecha y los empresarios y nos da una idea de cómo reacciona el gobierno cuando los trabajadores reclaman por sus derechos. Mujica aprovecha además para legitimar estas fuerzas, manchadas por los crímenes cometidos en la dictadura (que reivindican), como otro paso en la reconciliación que promueve desde que llegó al gobierno.

También debemos tener claro el papel del Partido Comunista del Uruguay, quien históricamente ha jugado un rol nefasto para el movimiento obrero, hoy, más allá de a la interna algunos posen más de combativos, todos cierran filas apoyando las medidas represivas de la intendenta “comunista”.

El PIT-CNT se aleja de las demandas obreras en su alineamiento con el gobierno

La central obrera PIT-CNT muestra su rol burocrático de correa de transmisión del gobierno en el movimiento obrero ya que frente al conflicto de los municipales, si bien ha defendido el derecho a huelga de los trabajadores se ha manifestado a favor del decreto de esencialidad de la Intendenta, quedando del lado contrario a la lucha obrera, del lado de la patronal.
Esta ubicación le valió un repudio merecido de la masiva asamblea de los municipales (unos 2500 trabajadores presentes sobre un total de un poco más de 8000) que tildaron al Secretario General de la central Juan Castillo de “traidor” por ponerse del lado de “su” compañera Ana Olivera.
En esta asamblea se puso en cuestión la continuidad del gremio municipal dentro del PIT-CNT.

Es necesario oponer a la burocracia sindical una política independiente

ADEOM tiene la posibilidad de llamar a rodear de solidaridad su conflicto y comenzar a dar pasos importantes en la necesidad de reagrupamiento de los sectores combativos, para que sean una verdadera alternativa a la burocracia sindical. No se puede sembrar ilusiones en los dirigentes del Partido Comunista ya que crearemos falsas expectativas y estaríamos frenando la experiencia de amplios sectores de las masas con el FA.
Hay que exigir, como lo ha votado la asamblea de ADEOM, un Paro Nacional de 24 hs en apoyo al conflicto de los municipales y por aumento de salarios en público y privados y contra el trabajo precario. Además debemos defender a todos aquellos trabajadores que no acataron la esencialidad frente a posibles represalias. Es necesario encarar una lucha que se exprese en las calles a través de la movilización masiva de toda la fuerza obrera. Solo así conseguiremos nuestros reclamos y la unidad del movimiento obrero.

SOLIDARIDAD CON LA LUCHA DE ADEOM
AUMENTO DE SALARIOS YA
FUERA LAS FUERZAS ARMADAS DE LOS LUGARES DE TRABAJO


jueves, 9 de diciembre de 2010

Ante el aumento de la conflictividad laboral

Mujica prohíbe las ocupaciones de dependencias públicas*
por : Karina Rojas

José Mujica junto al empresario español Florentino Perez como parte de su visita por España. La alegría que muestran sus rostros se debe a las promesas de inversión de Perez en el Uruguay.

En los últimos meses los trabajadores han emprendido distintas luchas por el salario y por mejores condiciones de trabajo aumentando significativamente los índices de conflictividad laboral, momento que tuvo su pico máximo el pasado 7 de octubre con el Paro General de 24 hs. Sobran los motivos para salir a la lucha: los bajos salarios, las formas de contratación precaria, el trabajo en negro, y además la posibilidad de incidir en las negociaciones salariales y en la votación del Presupuesto Quinquenal que realizará en estos días el Parlamento. Por otro lado cada vez queda más claro que plata hay: los índices macro económicos son positivos, los balances de las empresas muestran ganancias extraordinarias, el aumento del crecimiento económico es acompañado por un incremento en la brecha de desigualdad entre los sectores más ricos y los más pobres de la sociedad. O sea que el crecimiento no es igual para todos, como nos quiere hacer creer el gobierno de Mujica: la bonanza económica es para las empresas exportadoras, para los dueños de las tierras (cada vez más extranjerizadas) y para los agroexportadores, es para los bancos y las empresas de comercio y los servicios. Los capitalistas descorchan champaña este fin de año porque sus ganancias se han incrementado a costa de los salarios de miseria de los trabajadores y las precarias condiciones de trabajo garantizadas por el gobierno frenteamplista de Mujica, que aseguró una y mil veces que los inversores pueden estar tranquilos en Uruguay porque van a ganar fortunas y nadie va a cuestionar su riqueza. El Frente Amplio garantiza también la plata para el pago puntual de la deuda externa que cada vez crece más y que pagamos todos los uruguayos hipotecando nuestro futuro y el de las próximas generaciones.
El fracaso de las negociaciones salariales hizo también que diversos gremios hayan iniciado duros conflictos, tanto en el ámbito privado como público por recomposición salarial en algunos casos y contra la precarización laboral y por mejores condiciones de trabajo en otros: municipales de Montevideo y Canelones, docentes, trabajadores de la salud, controladores aéreos, funcionarios de la universidad, trabajadores bancarios, judiciales, recolectores de la basura, trabajadores de la construcción, de comercio, de la aduana, frigoríficos, arroceros, portuarios, etc etc.
Estas luchas han incluido en algunos casos acciones callejeras como importantes movilizaciones (como la del gremio de la construcción), ocupaciones de dependencias estatales (como en el caso de los judiciales) y piquetes para impedir el comercio exterior y la utilización de carneros (como sucedió en el puerto de Montevideo).

Pese a la demostración de fuerzas que viene dando la clase trabajadora, los dirigentes sindicales del PIT-CNT se vienen negando a unificar las luchas, evitando unir los reclamos obreros en una gran lucha nacional por el salario y contra la precarización laboral. Así desgastan las energías de la clase obrera, permite que los gremios luchen y negocien por separado, cuando estamos ante la oportunidad de pegar con un solo puño, ya que el gobierno viene golpeado por el incremento de la conflictividad obrera y por las divisiones al interior del Frente Amplio sobre temas candentes como discusiones sobre la Ley de Caducidad además de los casos que salpican a figuras del gobierno como la votación que permitió la clausura del expediente de los Peirano o las omisiones en las declaraciones juradas patrimoniales del ex vicepresidente Nin Novoa.
La burocracia sindical (con el Partido Comunista a la cabeza) vuelve a actuar frenando la combatividad obrera, planteando que el eje de la lucha no debe ser “contra el gobierno” y negociando muchas veces migajas para proteger al gobierno frenteamplista.

Mujica se alía a la derecha contra los trabajadores

  Frente a las medidas de acción directa de los trabajadores como las ocupaciones y los piquetes, la derecha expresada en los partidos Nacional y Colorado y las cámaras empresariales salieron con los tapones de punta condenando la radicalidad de la protesta, rechazándolas por desmedidas y exigiendo “mano dura” al gobierno contra los “excesos” de los trabajadores.
Parece que Mujica escuchó estos reclamos (no los de los trabajadores sino los de la derecha recalcitrante) y actuó en consecuencia llamando a los trabajadores a la reflexión en pos de no espantar las inversiones extranjeras. Pero además arremetió contra el derecho más elemental de los trabajadores, el derecho a la huelga, ya que ha firmado un decreto donde dice expresamente que ante una ocupación de alguna dependencia pública se procederá a autorizar a las fuerzas policiales a que desalojen el edificio para garantizar su normal funcionamiento. Toda una muestra de que el gobierno de Mujica está al servicio de los empresarios que se están llenando de plata los bolsillos y contra los trabajadores que reclaman nivelar sus ingresos.
Esta disposición del ex tupamaro causó sorpresa y repudio en amplios sectores de las bases frenteamplistas. Sin embargo es coherente con su disposición de aumentar los fondos para las fuerzas represivas, además de la operación de reconciliación con las Fuerzas Armadas que viene haciendo desde que asumió, hace diez meses. Junto con la política carcelaria y la baja de la edad de imputabilidad de los menores, son todas medidas que intentan ubicar y jerarquizar a las fuerzas represivas, dotarlas de legitimidad y aumentar su poder de fuego frente al incremento de las luchas obreras. Como todo gobierno al servicio de los capitalistas, necesita de estas fuerzas para usarlas contra las luchas obreras y populares.

La respuesta del sindicalismo oficialista fue siniestra: más allá de algunas declaraciones a la prensa a nadie se le ocurrió realizar una demostración de fuerzas en las calles, aprovechar la disposición de lucha y de movilización para poner en pie un movimiento que se declare firmemente en contra de este avasallamiento a los derechos más elementales por parte de un gobierno que supuestamente es de izquierda.

Hay que exigir a la dirigencia sindical la realización de asambleas en todos los lugares de trabajo, sean públicos o privados, porque esto es un ataque para todos, la base tiene que decidir, todos tenemos que participar. Hay que votar un repudio generalizado a este decreto reaccionario “antitoma” y demostrarlo en las calles, hay que exigir el llamado a un Congreso Nacional de Delegados de Base de todo el movimiento obrero elegidos de forma democrática por las bases en todos los lugares de trabajo, para borrar las diferencias entre público y privado, efectivo y contratado, precarizado y eventual, trabajo en negro, que todos puedan participar y decidir un plan de lucha unificado con una clara definición de independencia política del movimiento obrero. Es necesario luchar por:

Aumento de salarios a nivel de media canasta familiar
• Presupuestación de todos los contratados y precarizados
• Basta de trabajo en negro
• A igual tarea, igual salario
• Que el gobierno deje de pagar la deuda externa y ponga ese dinero en los presupuestos de salud y educación
• No a la Reforma del Estado que flexibiliza aún más la fuerza de trabajo

• Expropiación y estatización sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre o pretenda despedir a su plantilla.

* Esta nota ha sido reproducida por la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional (FT-CI)
en su sitio web http://www.ft-ci.org/

domingo, 21 de noviembre de 2010

Movilización y acto por Mariano Ferreyra

Video del acto realizado el viernes 12 de noviembre en la embajada de argentina en Montevideo.

Ante el debate sobre la Ley Interpretativa:

Cómo acabar con la Impunidad en Uruguay

En los últimos meses observamos cómo los políticos de todos los partidos, juristas, periodistas y militares debaten y discuten los alcances de una ley interpretativa de la Ley de Caducidad que supuestamente terminará con la impunidad. Pero la ley que impulsa el gobierno es para no hacer lo que verdaderamente deberían hacer que es anular la Ley de Caducidad, aprovechando la mayoría parlamentaria que todavía mantienen.

El proyecto de ley, aunque podría habilitar el acceso a que quienes fueron torturados durante la dictadura puedan denunciarlo, tiene los mismos vicios jurídicos que la ley que quiere dejar sin efecto, lo que no garantiza su viabilidad y daría incluso posibilidad a los mismos militares a presentar innumerables amparos para evitar ser juzgados.

Sin embargo el FA no pudo sumar los votos suficientes para votarla en el Senado (porque los mismos frenteamplistas se dieron vuelta) por lo que ahora mandaron la ley “al cajón de los recuerdos” y patean la discusión para… ¡marzo del año que viene!

Ya hay voces del mismo partido de gobierno que quieren volver a llevar la lucha contra la impunidad hacia el callejón sin salida de una nueva consulta popular, confiando en mecanismos de esta democracia, totalmente manipulados y controlados. ¡Basta! La lucha por nuestros caídos, el repudio a la dictadura y la exigencia de justicia NO se plebiscitan!! Estamos convencidos de que el fin de la impunidad solo será posible con la más amplia movilización en las calles, independiente del gobierno y el régimen.

Las organizaciones populares, los organismos de derechos humanos y todos quienes luchamos por acabar realmente con la impunidad, no debemos dejarnos engañar y pensar ingenuamente que un nuevo plebiscito significará el Juicio y Castigo para todos los culpables.



Los partidos del régimen quieren garantizar la impunidad

Tanto el Partido Colorado como el Partido Nacional son los voceros de la derecha más rancia, defendiendo la aplicación de la Ley de Caducidad, oponiéndose a que cualquier medida tenga un efecto retroactivo en el tiempo, y todo en pos de preservar la famosa “seguridad jurídica”. Lacalle, Ana Lía Piñeyrúa y Bordaberry entre otros han salido con los tapones de punta a defender la impunidad de sus amigos, los milicos represores. Y han sacado a relucir la teoría de los dos demonios, como la idea de que lo que pasó fue un “enfrentamiento irracional” entre dos bandos armados, justificando así el accionar represivo.

Pasó también el escándalo a partir de las nefastas declaraciones del Jefe del Ejército Jorge Rosales, quien se opuso a la sanción de la misma defendiendo la vigencia de la Ley de Caducidad. Claro, no quiere que sus “camaradas” tengan que pasar por los tribunales. Y, como no podía ser de otro modo, los ex presidentes Sanguinetti y Battle por un lado, y los militares retirados por otro han manifestado su oposición a que se siga insistiendo con el juicio a los responsables de la última dictadura, y todos hicieron un frente único a favor de la impunidad.

Pero también sectores al interior del Frente Amplio como Nin Novoa, Saravia, Fernández Huidobro y otros han manifestado su negación a votar por la Ley Interpretativa. Pero no hay que confundirse: ellos no son la “excepción” de derecha en el Frente Amplio. Dentro de esta coalición todos se cuidan por permanecer juntos, tanto las expresiones más de derecha que representan a los sectores más acomodados y reaccionarios de la sociedad (los patrones y dueños de las fábricas, frigoríficos y curtiembres, los grandes terratenientes, los Fripur, los Manini Ríos y los López Mena, que en otros momentos apoyaron los gobiernos blancos y colorados) como las corrientes internas que de la boca para afuera se oponen a seguir garantizando la impunidad, como el Partido Comunista, que en el movimiento obrero siempre intentan llevar toda lucha al terreno institucional evitando lo más posible la lucha y acción directa (lo vimos en el último paro general de octubre). Todos son el Frente Amplio, y justamente este es el sentido de ser de esta amplia coalición: lograr ejercer una representación y una convivencia pacífica entre sectores aparentemente tan contrarios.



El gobierno de Mujica con sus acciones, omisiones, conductas y declaraciones demuestra que no quiere la condena a la dictadura, todo lo contrario, ha dado movimientos explícitos por la reconciliación y el perdón, por “dar vuelta la página” y dejar este tema en el pasado. Así lo ha dicho Mujica, traicionando la lucha y la memoria de sus propios compañeros asesinados y torturados, hoy insiste en una supuesta pacificación que no es más que una forma de no condenar el accionar represivo del estado en el pasado y de paso dejar la puerta abierta para que esto pueda volver a suceder. En realidad, desde el Pacto del Club Naval en adelante, el FA ha dado claras señales de que no está dispuesto a ir a fondo para condenar a los responsables civiles y militares.



Si hoy están tratando esta ley de interpretación es porque no quieren quedar escrachados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Si Uruguay no resuelve la situación a partir de la vigencia de la Ley de Caducidad podría ser sancionado y catalogado al mismo nivel que países como Colombia, por ejemplo, donde sistemáticamente se violan los derechos humanos.



Por eso buscan con negociaciones por arriba, ya sea dentro del Frente Amplio como con la oposición y fundamentalmente con el sector castrense, consensuar un proyecto de ley que limite lo más posible cualquier atisbo de enjuiciamiento dejando bien en claro que si alguno va preso va a estar en una cárcel VIP llenos de privilegios y comodidades; mientras las cárceles se llenan de hijos de los sectores obreros y populares, hacinándose en condiciones inhumanas que ya fueron denunciadas internacionalmente. Son negociaciones para mantener la impunidad, juzgando a unos pocos (y los más reconocidos) militares asesinos y torturadores, desconociendo totalmente la voluntad popular y el sentimiento de justicia que todavía, a más de 30 años, persiste en los trabajadores y en amplios sectores de la sociedad uruguaya.

Esta es lamentablemente la verdadera cara del gobierno “de izquierda” que quiere hacernos creer que va a acabar con la impunidad cuando en realidad pretende lavarse la cara permitiendo algunos de los juicios más emblemáticos (como el caso Gelman). Un gobierno que trata de no asustar a asesinos confesos, apologistas de la dictadura y del Terrorismo de Estado.



El conjunto del régimen político, desde el Pacto del Club Naval a esta parte, mantiene a raya la pelea por develar el siniestro plan sistemático de persecución y aniquilamiento de la vanguardia obrera y popular que se dio a partir de la dictadura cívico-militar, que centralmente en nuestro país se basó en la cárcel de miles de luchadores sindicales, barriales y estudiantiles, y que fue parte de un plan mayor, el Plan Cóndor, un plan de exterminio en toda la región.



Reconciliación para preservar a las Fuerzas Armadas

Desde la reapertura democrática todos los partidos del régimen nos hicieron creer que la lucha no era con la movilización en las calles sino a través de las instituciones de esta “democracia” y que con los referéndums y plebiscitos podríamos satisfacer nuestro reclamo de justicia. Ellos han querido en todos estos años que el tema se dilate, que la sociedad se acostumbre a que los asesinos y torturadores puedan caminar por la calle libremente, a tener que escucharlos vociferar sus discursos fascistas los días 14 de abril defendiendo la teoría de la “lucha contra la sedición”. Han intentado que nos cansemos de exigir justicia. Sin embargo nosotros sabemos que el único camino para juzgar todos los crímenes de la dictatura, asesinatos, torturas, desapariciones, exilios forzados, delitos económicos, etc., es la lucha y la movilización independiente de los trabajadores y el pueblo.

Sabemos que la sanción de una ley no garantiza en sí mismo que vayan a juzgar a los militares ni que los jueces actúen “de oficio” desarchivando causas ya cerradas, ni que se impulsen los juicios, ni que se den garantías a las víctimas, nadie quiere esto, solo pretenden realizar algún cambio cosmético presionados por circunstancias “internacionales” y favoreciendo la cooptación de determinados sectores de los derechos humanos y dar así una respuesta final a este tema tan sentido por todos.

Ya tenemos el caso de Argentina donde se derogaron las leyes de Obediencia debida y Punto final, pero eso no sirvió para impedir que hicieran desaparecer a Jorge Julio López o que asesinaran Silvia Suppo. La operación política fue juzgar a unos pocos militares, los más emblemáticos y mantener intacta la estructura de los genocidas que hoy continúan en actividad en distintas fuerzas de seguridad. Esta operación sirvió al mismo tiempo para cooptar a las principales organizaciones de DDHH de ese país y así desviar y fragmentar al movimiento de DDHH en su pelea por acabar definitivamente con la impunidad de los militares genocidas y la complicidad de los civiles. El objetivo último es el de intentar represtigiar a las fuerzas armadas, mediante la “reconciliación”, para ser utilizadas cuando se precisen.



El Frente Amplio también tiene los mismos objetivos. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que el FA en el poder (y ya en su segundo período) se convirtió en administrador de los negocios de los capitalistas, ya sean estos extranjeros o nacionales, y se dedica a votar leyes que los favorezcan y a garantizar sus márgenes de ganancias con exenciones impositivas, manteniendo a raya el reclamo de aumento de salarios, desatendiendo las causas populares y continuando el religioso pago de la deuda externa a los organismos financieros internacionales. Para este proyecto de país necesita de los servicios de las Fuerzas Armadas que son uno de los pilares fundamentales de este estado. Necesitan a las fuerzas represivas prontas y amigadas con la sociedad para sacarlas a las calles ante cualquier manifestación popular que cuestione el sistema. Más aún, si la crisis económica internacional comienza a repercutir negativamente en nuestro país veremos cómo el gobierno de turno decide utilizar la represión para acallar los reclamos de los trabajadores contra los salarios de hambre, de los estudiantes por mayor presupuesto, de los cooperativistas, de los jubilados, etc.

Por eso sabemos que todo el sistema político apunta en el sentido de sellar la impunidad y “cerrar las heridas del pasado” para que podamos reconciliarnos con aquellas fuerzas armadas que ayer perpetraron el golpe y cometieron todo tipo de crímenes de lesa humanidad, y hoy se mantienen con personal formado por los viejos fascistas y que se expresa en la prepotencia y el abuso de autoridad que vimos, por ejemplo, en el caso de Piriápolis y en tantos otros aprietes sistemáticos contra la juventud y que están olvidados por los medios masivos de comunicación. Si hasta organizan torneos de deporte y todo tipo de actividades sociales junto al Comando del Ejército, haciéndolos pasar como “militares buenos y al servicio de la comunidad”. Si esto no es reconciliación, ¿qué es?

Insistimos, el problema de la ley Interpretativa no es la redacción, si le sacan una coma o le agregan un punto, si es genérica o se aplica a cada caso; el problema es que es una ley hecha y negociada entre cuatro paredes para no quedar mal ante la CIDH.



Debemos redoblar la lucha contra la impunidad y los intentos de reconciliación

Sabemos que lo que se ha conseguido hasta la fecha fue solo producto de la lucha que nunca hemos abandonado y la movilización en las calles: marchas, escraches, concentraciones, mesas de debate y reflexión, actividades culturales, todas fueron expresiones populares del reclamo de cárcel a los militares que todavía sigue vivo en nuestro pueblo.

Por eso para meter en cana a estos asesinos es necesario redoblar la lucha en las calles, discutiendo en cada lugar de trabajo, en cada liceo y facultad, en cada oficina pública, debatiendo democráticamente, desde abajo, qué pasos damos para impulsar una masiva movilización y todo tipo de acciones por el juicio y castigo. Tanto los trabajadores, que venimos de realizar un paro general, como los estudiantes que también se han movilizado por el 6% para la educación tienen la fuerza para impulsar en común una importante movilización. Hay que imponérsela a las direcciones sindicales y estudiantiles, que son la correa de transmisión de la política frenteamplista en nuestras organizaciones.

Hace falta impulsar la organización de quienes estuvieron presos, quienes fueron torturados, quienes sufrieron abusos y violaciones sexuales (como muchas mujeres), quienes fueron víctimas de vejámenes y malos tratos, y a los familiares directos y rodearlos de solidaridad. Hay que desarrollar una gran movilización para juzgar a los militares por todos los crímenes, para que se protejan a los testigos y a las víctimas: reparación es también garantizar que puedan sentirse seguros y contenidos ya que la herida es profunda y ha calado hondo en nuestra sociedad. Hace falta abrir los archivos de la dictadura para saber los nombres de quiénes participaron. Hay que permitir la excavación de fosas para saber el destino de nuestros desaparecidos.

Está en nuestras manos continuar la lucha por:

• Anulación ya de la Ley de Caducidad


• Juicio y Castigo a todos los culpables


• Cárcel común para los responsables del Terrorismo de Estado


• No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos


• Nunca más Terrorismo de Estado



Grupo simpatizante de la

Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) en Uruguay

Lea http://debatemilitante.blogspot.com/

martes, 2 de noviembre de 2010

Ante el asesinato de Mariano Ferreyra

Declaración

Desde el Grupo simpatizante de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) en Uruguay nos hacemos presentes en este Acto** para expresar nuestro más enérgico repudio a la represión sufrida por los trabajadores ferroviarios que dejó el saldo de un joven compañero asesinado a manos de una patota de la burocracia sindical perteneciente a la Lista Verde y encabezada por Pedraza.


Este terrible hecho se dio en el marco de una tenaz lucha de los sectores más precarizados de los ferrocarriles que están reclamando por mejores condiciones de trabajo y contratación, por que dejen de ser considerados trabajadores de “segunda o tercera categoría”, por tener los mismos derechos que los efectivos, es decir una lucha contra la precarización laboral y contra las leyes neoliberales votadas en tiempos de Menem y De la Rua. Son los “por agencia”, los contratados, los tercerizados quienes se encuentran peleando contra una patronal defendida por el kirchnerismo y por la burocracia sindical, que no solo boicoteó en todo momento su lucha sino que ha llegado a acciones como éstas.

Los compañeros trabajadores, que son expresión del llamado “sindicalismo de base”, pese a las restricciones y la inestabilidad de su condición laboral, pudieron organizarse, juntarse a debatir, votar un plan de lucha en asamblea, de forma democrática, y esto es lo que le da bronca a estos matones: que el movimiento obrero se organice y pelee por sus derechos.

Es demostración también de la unidad obrero estudiantil que sectores del movimiento obrero argentino han comenzado a forjar con los estudiantes combativos, que también han salido a luchar por mayor presupuesto para la educación generándole una crisis de importancia al gobierno kirchnerista. Mariano, el joven fallecido de un balazo, era estudiante de la FUBA y se había solidarizado con la lucha obrera.

El brutal ataque demuestra una vez más que estos dirigentes sindicales, no solo no defienden los derechos de los trabajadores sino que tienen miles de lazos económicos y políticos con los patrones. Son los famosos dirigentes sindicales “empresarios” que manejan millones de pesos a partir de la administración de las obras sociales y que viven de la coima y los negociados. Son los que Cristina Kirchner saludó y alabó hace pocos días en un acto, agradeciendo los servicios prestados a las patronales y al gobierno. No nos extraña de esta burocracia sindical que entregó las famosas “listas negras” en la dictadura, marcando a los activistas y militantes de izquierda en las fábricas y lugares de trabajo.

¡TENEMOS QUE ACABAR CON ESTA MALDITA BUROCRACIA SINDICAL!

¡EXIGIMOS QUE SE ESCLAREZCA EL HECHO Y QUE SE JUZQUEN A LOS RESPONSABLES!

HACEMOS RESPONSABLE A LA PRESIDENTE CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER Y A LA POLICIA QUE LIBERÓ LA ZONA DE LO OCURRIDO.

¡BASTA DE PERSECUSION Y REPRESION A LOS QUE LUCHAN!

¡VIVA LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES FERROVIARIOS Y DE TODA LA CLASE OBRERA!







GRUPO SIMPATIZANTE DE LA FT-CI EN URUGUAY

**Esta declaración fue leída en el acto del día jueves 21 de octubre en la plaza libertad.

martes, 26 de octubre de 2010

URUGUAY: 1er. Paro General al Gobierno de Mujica

por Hernan Yanes

El pasado 7 de octubre se cumplió el primer paro general de 24 horas bajo el gobierno del frenteamplista Jose Mujica.
Luego de idas y venidas la burocracia sindical que dirige la Central Obrera (PIT-CNT) afín al Frente Amplio, terminó convocando un paro “pasivo” y aislado que no responde a un verdadero plan de lucha como necesitamos los trabajadores.
En un principio el paro fue impulsado por sectores la burocracia sindical con fraseología más combativa (fundamentalmente el ala “izquierda” del Partido Comunista), mientras que el sector moderado de la burocracia (Articulación) jugó desde el primer momento un rol boicoteador al paro e impulsó su levantamiento o suspensión.
Finalmente entre negociaciones de cúpulas, y a espaldas de las bases, ambos sectores acordaron un Paro que, siendo aislado, es incapaz de enfrentar la política de Mujica, el presidente “tupamaro” que ataca los derechos de los trabajadores y mantiene las extraordinarias ganancias de los capitalistas.
No podemos esperar otra cosa de la burocracia sindical frenteamplista, que de conjunto opera como correa de transmisión de estas políticas al interior del movimiento obrero, conteniendo los reclamos, el descontento y los intentos de organización para enfrentar realmente a este gobierno. Estos últimos meses han mostrado un alza en la conflictividad laboral.
En la enseñanza los trabajadores y estudiantes luchan por un presupuesto digno, contra las negativas del gobierno que prefiere pagar la deuda externa y subsidiar a las patronales antes de garantizar el acceso a una educación de calidad para los trabajadores y el pueblo. Los funcionarios públicos muestran el rechazo a una reforma del estado que ataca las conquistas y derechos laborales con un discurso liberal que lo único que busca es mayor flexibilidad y precarización de las condiciones de trabajo, es decir mayor explotación con salarios de hambre.
Los trabajadores privados luchan por mantener sus fuentes de trabajo y mejorar sus ingresos, cuando el gobierno y las patronales intentan descargar la crisis sobre sus espaldas.
En este contexto, y a pesar de las limitaciones señaladas, el paro fue un éxito:
Con un alto acatamiento, prácticamente no funcionaron los servicios públicos, no abrieron las escuelas, liceos ni centros de estudios terciarios y universitarios; la banca trabajó parcialmente y las fábricas mostraron un importante ausentismo.
Además, se plegó la mayoría del transporte en todo el país, que funcionó de manera muy reducida y con ómnibus con pocos pasajeros.
En algunos puntos del país se registraron cortes de ruta y piquetes que muestran cómo incipientemente la clase trabajadora intenta radicalizar sus métodos de lucha, superando el quietismo que quiere imponer la burocracia.
Lamentablemente, los sectores que se reivindican de la izquierda clasista, no supieron cómo aprovechar esta oportunidad para empezar a organizar una salida independiente de cualquier variante burguesa.
Para enfrentar los planes de este gobierno frenteamplista que administra los negocios de los capitalistas, es necesario imponer un verdadero plan de lucha, democrática y masivamente discutidos en asamblea; es imprescindible organizarse impulsando el reagrupamiento clasista de los que verdaderamente queremos derrotar esta política aplaudida por el imperialismo y los organismos internacionales como el Banco Mundial, el BID y el FMI.

viernes, 15 de octubre de 2010

Declaración

PARO GENERAL:
QUE SEA EL INICIO DE UN VERDADERO PLAN DE LUCHA CONTRA EL GOBIERNO DE MUJICA Y EL FRENTE AMPLIO, RESPONSABLES DEL TRABAJO EN NEGRO, PRECARIO Y LOS BAJOS SALARIOS

Radicales” y “moderados”, o dos caras de una misma política

La situación en que se votó el Paro General al interior de la Mesa Representativa del PIT-CNT pudo causar en alguno cierta confusión ya que los dirigentes sindicales oficialistas votaron divididos, incluso vimos algunos miembros del Partido Comunista votando a favor y otros en contra. En algún momento parecía que la Central se dirimía entre “radicales” y “moderados”, entre quienes apoyaban el paro y quienes lo boicoteaban… sin embargo estas diferencias en seguida se demostraron falsas ya que las dos alas de esta dirigencia sindical frenteamplista han mantenido en lo esencial las mismas prácticas políticas y posturas ideológicas. Veamos: todos se aprontaron a dejar en claro que el paro no es contra el gobierno, algunos hablaron de que es contra “las medidas” del gobierno, otros dicen que es contra las patronales, otros “por la plataforma de lucha”, nadie quiere decir claramente que es el gobierno frenteamplista quien garantiza los negocios de la burguesía a costa de mayor explotación para los trabajadores. Todos los sectores burocráticos llegaron al acuerdo de que el día del Paro no hubiera ninguna expresión de repudio y de bronca, que no se exprese la clase obrera, cuando semanas antes se llenaron la boca con que garantizarían “la movilización amplia de la clase obrera”. Todos estuvieron de acuerdo en que el Paro afectara lo menos posible las ganancias de las empresas. Al interior de los sindicatos, ninguna de las alas de la dirigencia burocrática se propuso hacer asambleas en las fábricas, oficinas, dependencias estatales o comercios para que la base decida sobre una medida de lucha tan importante o sobre el programa a levantar. Ambos sectores decidieron (una vez más) sobre nosotros, tuvimos que mirar su interna “por TV” y nunca se nos dio la posibilidad de discutir nada.
¡Hay que dejar de confiar en estos dirigentes que manejan la central sindical en función de las conveniencias del Frente Amplio y no para defender los derechos de los trabajadores! Así, terminan ligando los destinos y necesidades de la clase obrera a las políticas gubernamentales que son pro patronales, en aquella falsa idea de que si les va bien a los burgueses nos irá bien a los trabajadores.
Tenemos que luchar por la independencia política de los trabajadores y de nuestras organizaciones gremiales. Tenemos que recuperar nuestros sindicatos para los trabajadores, para sus luchas y reivindicaciones.

El Paro debe ser contra el gobierno y su política pro patronal

Para poder enfrentar las políticas de precarización laboral, de miseria salarial y de ajustes, para luchar contra el trabajo en negro y los cierres de empresas, para rechazar la Reforma del Estado y para exigir el 6 % de aumento para el presupuesto educativo, los trabajadores junto a los estudiantes podemos aprovechar el Paro General para exigir a la dirigencia sindical el inicio de un verdadero plan de lucha. Sobran los motivos para levantar nuestras banderas y el paro puede ser el inicio de una lucha donde se exprese el descontento popular frente a la intransigencia del gobierno por no atender las necesidades populares, como ya se viene expresando en el aumento del nivel de conflictividad laboral en comparación con otros momentos. Será una oportunidad para demostrar que el gobierno de Mujica mantiene la ganancia de los capitalistas a costa de nuestro salario, tal como lo hicieron los partidos Nacional y Colorado en su momento. Sus políticas terminan beneficiando a los mismos de siempre: a las patronales del campo, de la industria, el comercio y las finanzas.
El paro, el primero que se le hace a Mujica, si bien fue resuelto de forma burocrática por la dirigencia del PIT-CNT, puede ser aprovechado por la clase obrera para luchar por sus reclamos y repudiar las políticas gubernamentales.

Independencia política de los trabajadores

El paro será también una oportunidad para que los gremios combativos organizados en la Tendencia Clasista y Combativa, las agrupaciones clasistas y los partidos y organizaciones de la izquierda radical podamos plantear una alternativa a la burocracia sindical como así también a los sectores sindicales semiburocráticos, haciendo efectivo el paro, sometiendo las decisiones a la base obrera y garantizando las medidas de lucha frente a quienes intentarán boicotearlas.
No podemos seguir como hasta ahora haciendo alianzas entre dirigentes o con agrupaciones que no comparten la independencia de clase en pos de mantener los cargos o puestos de dirección … la pelea no puede centrarse en alianzas que no conducen a nada o peor aún, que confunden a los luchadores.
En este sentido, no creemos acertado que sectores identificados con el clasismo (dentro de la TCC) en vez de aprovechar esta situación para levantar una política alternativa a la burocracia y por la independencia de clase de los trabajadores, opten por hacer acuerdos o actos en común con sectores que al interior de sus sindicatos también son burocráticos e impulsan políticas de conciliación de clases, aunque cubriéndose por izquierda con un discurso fervientemente “antigubernamental” o bien, como nos quieren hacer creer que están por la “independencia de clase”1. La pelea es por construir un polo que sea un referente de la democracia obrera, única manera de encarar una lucha consecuente contra la burocracia y el gobierno.
Es necesario levantar una política de independencia de clase que se separe del gobierno del FA pero también de toda variante burguesa, que solo deposite la confianza en la fuerza de la clase obrera en lucha.
En los gremios de la educación, como en el conjunto de los funcionarios estatales tenemos que retomar las acciones de lucha por el 6 % para la educación, contra los dirigentes que nos proponían aceptar migajas de parte del gobierno, y contra la Reforma del Estado que pretende flexibilizar la mano de obra y habilitar despidos y contrataciones precarias.
Conflictos como el de Tecnoluce y otros tienen la posibilidad de demostrar que solo los trabajadores confiando en sus propias fuerzas pueden llevar hasta el final sus reivindicaciones.
Los trabajadores debemos unificar nuestros reclamos, teniendo en cuenta la situación de todos los sectores, en especial los más precarizados y en negro.
Hay que pelear por:

Aumento de salarios al nivel de media canasta familiar
Basta de trabajo en negro
Efectivización ya de todos los contratados y tercerizados
A igual tarea igual salario
Reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, sin rebaja salarial: trabajar menos para que todos trabajemos
6 % del PBI para la educación en base al no pago de la deuda externa e impuestos progresivos a la riqueza. Por una educación al servicio del pueblo trabajador
No a la Reforma del Estado
Expropiación y estatización sin pago y bajo control obrero de toda empresa que pretenda cerrar o despedir a sus trabajadores



Grupo simpatizante de la
Fracción Trotskista – Cuarta Internacional
Uruguay

1 Es el caso de Asamblea Popular, que hasta ayer formaron parte del FA y hoy intentan recrear el proyecto del FA fundacional, que no es más que la reedición de la vieja estrategia reformista con la burguesía nacional. Esta estrategia policlasista ha sido refutada por su derrotero en la historia por su seguidismo de intereses ajenos a los nuestros demostrando que no es capaz de enfrentar a la burguesía y el imperialismo consecuentemente. Mientras tanto discursivamente nos prometen que pelean por un “sindicalismo clasista y combativo”. AP lleva además una política por una central alternativa, evitando la pelea dentro de los sindicatos que pertenecen al PIT-CNT, siendo abstencionistas en la lucha por recuperar las organizaciones obreras para los trabajadores. Ellos, que quieren hacer una central alternativa al PIT-CNT, terminan agrupando a los trabajadores en otra organización que es tan burocrática y personalista como el proyecto que critican. ¡No podemos rebajar nuestro programa en pos de una alianza con sectores populistas que reivindican el FA fundacional!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Polémica con el PSTU-LIT

Cuba: ¿Revolución política o “revolución democrática”?

por : Diego Dalai

Viernes 17 de septiembre de 2010


El revuelo mediático en torno a la declaración de Fidel Castro de que “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros”, en un evidente apoyo a las políticas de “actualización del modelo” de su hermano Raúl, así como la desmentida posterior, expresa que Cuba está inmersa en un dinámico proceso político provocado por la difícil situación económica y las medidas pro mercado y de ajuste fiscal, como el despido de 500.000 trabajadores estatales (ver aparte).
Esta situación abre un debate en la izquierda trotskista en torno al carácter actual del Estado cubano, el régimen castrista y la política que deben levantar los revolucionarios. El PSTU-Brasil y su corriente internacional la LIT, sostienen que “A final de los 80 y comienzos de los 90 (…) la dirección castrista comenzó a desarrollar una política de restauración capitalista y de desmonte de las bases del estado obrero. Los pilares fundamentales de una economía planificada (el plan central gubernamental y el monopolio del comercio exterior) ya no existen y la economía cubana funciona según las leyes capitalistas de mercado” (Frente a la muerte de Orlando Zapata Tamayo y las libertades en Cuba, 15/03/10 en www.lit-ci.org).
Para la LIT, hoy Cuba es un país capitalista más, recolonizado “por los imperialismos europeo y canadiense”. Si esto es cierto, ¿cómo explica la LIT que la burguesía gusana de Miami, no haya recuperado sus propiedades? ¿O que no haya inversiones norteamericanas en Cuba? A menos que se crea que Washington ha decidido resignar el dominio económico sobre la mayor de las Antillas a los imperialismos español o canadiense; o peor aún… a Venezuela o Brasil. ¿O que habiéndose restaurado el capitalismo hace ya 15 años, Cuba mantenga importantes conquistas sociales, incluso en medio de la ofensiva neoliberal restauracionista? Para la LIT, son “conquistas que restaron”, podríamos decir “remanentes”. Pero basta con ver las terribles consecuencias sociales que tuvo la restauración en la URSS dónde los índices de desarrollo social cayeron estrepitosamente, o los países del Este europeo que se convirtieron en reservorios de mano de obra barata para los monopolios europeos. Es evidente para cualquiera que perdura una diferencia esencial entre esos países y Cuba.
Y esta diferencia no es una conquista económica o social que puede haber en un Estado capitalista, sino el producto de haber expropiado a la burguesía, expulsado al imperialismo y planificado, aunque burocráticamente, la economía. Aun bajo el criminal bloqueo yanqui, existen altos índices de desarrollo social en Cuba: nulo analfabetismo, de malnutrición infantil, esperanza de vida en torno a los 80 años, desocupación por debajo del 2%, mortalidad infantil del 6 cada 1.000 (el promedio en América latina es de 14), un médico cada 150 habitantes, etc., son consecuencia de los profundos cambios sociales ocurridos con la revolución de 1959 que destruyeron las relaciones sociales capitalistas en el país.
Las reformas capitalistas y el Estado actual
La LIT confunde el proceso de liquidación del Estado obrero burocrático con su consumación. Y, negando las conquistas de la revolución que aún perduran, se niega a defenderlas. No se puede luchar por lo nuevo, sin defender lo conquistado.
Las históricas deformaciones burocráticas en la economía, como la dependencia del monocultivo de azúcar o la ausencia de control y gestión obrera en las fábricas y en la planificación de la economía, provocaron una estrepitosa caída entre 1989 y 1993 y un profundo debilitamiento de las bases del estado obrero con amplias concesiones al capital extranjero en el “periodo especial”. Estas reformas procapitalistas, casi eliminaron el monopolio estatal del comercio exterior, prácticamente liberado para las empresas mixtas (51% estatal y 49% capitales extranjeros) y la planificación económica disolviendo la Junta de Planificación y liberando la economía en importantes ramas como turismo y minería (manteniendo “presupuestado”, estatal, las ramas de los servicios a la población, la producción agrícola y la producción industrial local).
La LIT confunde esa fuerte erosión de las bases de la economía nacionalizada, con la restauración misma y se ha quedado en aquellos años sin molestarse en hacer un estudio concreto de la economía actual, revisando los cambios posteriores ocurridos en los últimos 15 años.
El licenciado Yuvy Martínez Pérez de la Universidad de Cienfuegos, señala que: “(…) a partir de 1990 se dejó de llevar el plan anual de la economía nacional a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) para su aprobación, hasta 1995 cuando la economía comienza a estabilizarse y se someten a consideración de la ANPP los lineamientos del plan económico y social, se emiten por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) las cifras aprobadas y se inicia el trabajo para reestablecer el control del plan (…) y ya para el año 2000 toma fuerza la planificación concretada en el sistema de planes (…)” (“El proceso de planificación empresarial en Cuba”, 2008).
El giro implementado desde 2003
A partir de 2003 se tomaron varias medidas que revirtieron parcialmente las reformas del periodo especial. Se mantuvo lo esencial: el régimen de empresas mixtas, las zonas francas implementadas en 1997, la extensión del sistema de “perfeccionamiento empresarial” y la dualidad monetaria. Pero se redujo la inversión extranjera, pasando de 358 empresas mixtas en 2000 a 250 en 2009, se prohibió nuevamente la circulación del dólar (generalizando el uso del peso convertible) lo que volvió a centralizar todas las divisas en el Banco Central, permitiendo al Estado recuperar el control sobre la economía y sobre gran parte del comercio exterior.
Un catedrático de la universidad de Pittsburgh señala que en este período el gobierno de Fidel, “recentralizó las decisiones económicas, desdolarizó la economía, creó una cuenta única en el Banco central de Cuba (BCC) para depositar todas las divisas y recortó el pequeño sector privado por cuenta propia”. Respecto del monopolio del comercio exterior, plantea que “China rompió el control del comercio exterior por el ministerio central y devaluó la moneda para hacer sus exportaciones competitivas, mientras que Vietnam liberó la tasa de cambio y dejó que la moneda flotase con resultados similares. Por el contrario, en 2003 Cuba revirtió la descentralización modesta del comercio exterior de los años 90 y reconcentró el poder en el Ministerio de Comercio Exterior y el Banco Central” (Carmelo Mesa Lago, “La economía cubana en la encrucijada”). Volviendo a la posición de la LIT, ¿cómo explican la ausencia de una clase explotadora local y que la burocracia se limite a “defender la propiedad de las empresas extranjeras”? Simplemente no puede explicarlo. Es que la burocracia no ha podido convertirse aún en propietaria de los medios de producción fundamentales que siguen en manos del Estado o en asociación con capitales extranjeros a través de empresas mixtas. Como gerentes de estas empresas, los funcionarios hacen negociados de todo tipo a costa del Estado e intentan “apalancarse financieramente” esperando quedarse con los bienes públicos. Un claro ejemplo de esto son los recientes casos de corrupción de Rogelio Acevedo y Max Marambio (ver LVO 382 y 384).
Desde que Raúl Castro reemplazó a su hermano en el poder en 2006 y anunció en 2007 su voluntad de realizar “cambios estructurales”, la burocracia ha acelerado su curso restauracionista. Aunque “sin apresuramiento e improvisaciones”, entre otras medidas, ya se redujeron subsidios, se entregaron tierras en usufructo a campesinos individuales y cooperativas, se ligó el salario a la productividad, se elevó la edad jubilatoria y se profundizó el racionamiento. Sin embargo, el proceso de restauración está íntimamente ligado al grado en que los distintos imperialismos, y en particular la burguesía gusana exiliada en Miami, reconozcan a la burocracia como interlocutor válido y no intenten represalias por las expropiaciones de los ’60.
Una “dictadura capitalista”… y una “revolución democrática”
La LIT sostiene que al haber cambiado el carácter del Estado y perdurar al mismo tiempo la dictadura de partido único, Cuba es hoy “una dictadura capitalista”, como fue la Argentina entre el ’76 y ’82 o Brasil del ’64 al ‘84. Por lo tanto, para esta corriente, “el centro de nuestro programa de reivindicaciones para Cuba es de lucha frontal contra la dictadura y por las más amplias libertades democráticas (…) para todas las corrientes opositoras, incluidas las burguesas” (ídem.)
Aunque la LIT planteé que esto no significa “ningún compromiso con esas corrientes burguesas o proimperialistas” y que permitiría “a los trabajadores luchar para hacer la revolución socialista”, lo cierto es que hoy levantan un programa meramente democrático burgués, coincidiendo con sectores socialdemócratas y liberales que plantean que el problema central de Cuba es la falta de democracia. Así, terminan en los hechos, como último eslabón de la política imperialista, tanto de EEUU como de la UE, que intentan restaurar el capitalismo a través de una contrarrevolución democrática.
Una revolución política, la única salida progresiva para Cuba
La sección de la LIT en Argentina, el FOS, un pequeño grupo sin incidencia en la lucha de clases, repitiendo los ridículos argumentos de “su corriente madre”, nos acusa de defender a los Castro. Desde el PTS y la FT-CI estamos en las antípodas de poner un signo igual entre la defensa de las conquistas de la revolución con la defensa de la burocracia gobernante como muchos “amigos de Cuba” que se “hacen los distraídos” en torno al rol que juegan las FAR, la institución más poderosa del país, transformada hoy en el principal agente de la restauración capitalista. Controlan un 30% de las empresas estatales, así como el 65% de las divisas que ingresan al país. Es por eso el sector mejor posicionado para pasar de ser administradores a propietarios asociados con el capital extranjero.
Por eso luchamos por una revolución política que partiendo de la defensa de las conquistas de la revolución, derrote el bloqueo imperialista y ponga fin a la burocracia y sus privilegios. Contra el régimen burocrático de partido único y contra el programa de establecer una democracia burguesa parlamentaria, luchamos por tirar abajo el régimen burocrático y establecer un estado obrero revolucionario basado en consejos de trabajadores, campesinos y soldados, y por la plena legalidad para los partidos que defiendan las conquistas de la revolución y los que se reivindiquen anticapitalistas. Una revolución que revise todas las medidas procapitalistas impuestas desde el periodo especial hasta hoy e imponga una planificación democrática de la economía. Que ponga al frente del Estado obrero una dirección revolucionaria y ligue los destinos de Cuba a la revolución internacional.

Anuncian 500.000 despidos: La central Obrera CTC encabeza el ajuste

Vergonzosamente, el 13/09 la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) emitió un Pronunciamiento donde anuncia “En correspondencia con el proceso de actualización del modelo económico y las proyecciones de la economía para el periodo 2011-2015, se prevé en los Lineamientos para el año próximo la reducción de más de 500 000 trabajadores en el sector estatal y paralelamente su incremento en el sector no estatal. El calendario para su ejecución está concebido por los organismos y empresas, hasta el primer trimestre del 2011” (los destacados son nuestros).
“La CTC y los sindicatos estamos comprometidos y velaremos por la más estricta observancia y aplicación del principio de idoneidad demostrada al determinar el mejor derecho para ocupar una plaza, así como por la transparencia en lo que debe ejecutarse”. Es decir, que será la propia central obrera la encargada de seleccionar a los que conservarán sus puestos, mientras no dice una palabra de la creciente desigualdad social, los privilegios y la corrupción de la burocracia. Vergonzoso.
La clase obrera cubana debe enfrentar el ajuste, que sigue profundizando el camino de la restauración capitalista liquidando las conquistas obreras. Por eso luchamos por plenos derechos de reunión y organización para que los trabajadores puedan organizarse libremente.

viernes, 3 de septiembre de 2010

7º CONFERENCIA DE LA FT-CI

“Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional”


Del 14 al 23 de agosto se realizó en Buenos Aires la VII conferencia de la Fracción Trotskista Cuarta Internacional. Entrevistamos a Emilio Albamonte, dirigente de la FT-CI y director de la revista Estrategia Internacional, sobre los principales debates que atravesaron la conferencia.


LVO: La conferencia comenzó debatiendo sobre el marco estratégico de los revolucionarios en la actualidad, ¿cuál fue la discusión en este punto?

EA: Para esta discusión presentamos el documento “En los límites de la Restauración burguesa” que escribimos con el compañero Matías Maiello, donde partimos de definir que con la crisis histórica que atraviesa al capitalismo en la actualidad se han terminado las condiciones de la etapa de restauración burguesa, durante la cual el avance del imperialismo sobre las conquistas de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo, a diferencia del resto del siglo XX, se pudo llevar a cabo con métodos relativamente “pacíficos”. Es decir, no necesitaron en EE. UU., Inglaterra, Alemania, o Japón, para hablar de los países más importantes, ni un Mussolini ni un Hitler, ni romper con la democracia burguesa para destruir enormes conquistas de la clase trabajadora. Las direcciones reformistas de las organizaciones que surgieron en la posguerra o fueron cómplices o aceptaron como “mal menor” estos ataques.

Hoy, como vemos en Europa, el capitalismo se muestra cada vez más incapaz de garantizar siquiera las condiciones elitistas de lo que algunos sociólogos llaman el “pacto neoliberal”, con sectores privilegiados de las clases medias y los trabajadores, especialmente de los países centrales. Vemos un ataque que supuso la fractura de la propia clase obrera, no sólo entre proletarios de países imperialistas y oprimidos, sino también entre trabajadores de primera y de segunda (ya sean precarizados, en negro, inmigrantes, etc.), hundiendo a estos últimos, que conforman la gran mayoría de la clase obrera mundial, en la miseria y el hacinamiento en la periferia de las ciudades, junto con los desocupados que fueron relegados a la asistencia estatal para poder sobrevivir.

LVO: ¿Por qué denominar al neoliberalismo como “etapa de restauración burguesa”?

EA: Por un lado, porque es necesario huir de cualquier visión superficial y “alegre” de algunos sectores de la izquierda trotskista que ven situaciones y triunfos revolucionarios por doquier. Los revolucionarios tenemos que dar cuenta de lo que significó el avance del imperialismo a escala mundial durante casi tres décadas, que comprendió tanto el retroceso de las conquistas que el proletariado había arrancado al capital durante el siglo XX en Occidente como la restauración de los estados obreros burocratizados en el Este de Europa, Rusia y el Oriente, particularmente China.

La restauración capitalista en esos estados no sólo significó la caída de la burocracia gobernante, que se convirtió ella misma en capitalista, sino también la destrucción de las conquistas que se mantenían de la revolución y un terrible retroceso en las condiciones de vida de las masas. Esto afectó también a la clase obrera de Occidente. Durante la etapa de restauración la burguesía se valió de la incorporación de algo más de 1.700 millones de nuevos proletarios al mercado capitalista para atacar las condiciones de trabajo en todo el planeta. Con el sometimiento de los trabajadores chinos o del Este europeo a altos niveles de explotación, los monopolios imperialistas “relocalizaban” su producción, y usaban esto para bajar los salarios y avanzar sobre las condiciones de vida de la clase obrera europea o norteamericana. La misma ofensiva llegó a las semicolonias de la mano del llamado “Consenso de Washington”.

Fue un proceso de conjunto. Lo que comenzó como una ofensiva reaccionaria mediante la cual el imperialismo impuso una serie de contrarreformas económicas, políticas y sociales, que se conocieron como neoliberalismo, tuvo un salto cualitativo contrarrevolucionario con la restauración del capitalismo en aquellos estados donde se había expropiado a la burguesía. Esto sirvió, a su vez, para imponer nuevas cadenas a los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo. A este proceso de conjunto es a lo que llamamos “etapa de restauración burguesa”. Sin embargo, a pesar de este ataque generalizado, el imperialismo no logró más que postergar por un tiempo sus grandes contradicciones que hoy se vuelven a expresar como una crisis histórica cuyo epicentro está en las principales potencias imperialistas.

LVO: ¿China no desmiente la afirmación d-e Trotsky de que la restauración del capitalismo llevaría necesariamente a una involución política, económica, y social?

EA: Fueron muy diferentes las consecuencias de la restauración en la URSS y en China. Si la URSS pasó de ser la segunda potencia a nivel mundial a un país altamente dependiente de las exportaciones de gas y petróleo, un país donde fue desmantelado el aparato industrial y las condiciones de vida de las masas retrocedieron décadas, la restauración capitalista en China se benefició del atraso del país que para ese entonces aún tenía más de un 80% de su población viviendo en el campo. Sobre la base de la unidad nacional conquistada por la revolución del ’49 se logró un desarrollo industrial sin precedentes impulsado por el capital financiero internacional que la transformó en el “taller” del capitalismo mundial. En menos de tres décadas, mientras se liquidaban las condiciones de vida del viejo proletariado estatal, entre 100 y 200 millones de campesinos emigraron a las ciudades formando un nuevo ejército de trabajadores urbanos.

Sin embargo, lejos de las expectativas de quienes veían en este desarrollo el surgimiento de la nueva potencia de recambio del siglo XXI, lo cierto es que China alberga contradicciones cada vez más explosivas. Si bien en términos de PBI su economía es la segunda del planeta, si el producto se divide por la cantidad de habitantes se ubica apenas delante del Congo y Angola, con 400 millones de habitantes que viven con menos de dos dólares diarios.

El desarrollo chino de las últimas décadas, al ser motorizado por el capital financiero internacional, directamente o a través del Estado, ha dado como resultado un desarrollo exponencial de la clase obrera, con más de 400 millones de trabajadores urbanos, teniendo como correlato el surgimiento de una burguesía muchísimo más débil.

Con la nueva división mundial del trabajo de la que es parte fundamental China, también se ha vuelto a mundializar la lucha de clases.

La conferencia analizó la existencia de dos movimientos obreros con dinámicas diferentes. Por un lado, el proletariado de Oriente, que es producto de la expansión de las economías de esa región en los últimos años, que sufre altos niveles de explotación, y que comienza a dar sus primeras grandes luchas, como por ejemplo en China, donde a pesar de que no existe el derecho a huelga ni a la organización sindical independiente, los trabajadores protagonizaron una oleada de luchas que tuvo a los obreros de Honda en la provincia de Guandong como su punto emblemático tras mantener la planta paralizada durante dos semanas, y se extendió a otras regiones como mostraron los enfrentamientos de los trabajadores de KOK Machinery en las afueras de Shangai con la policía. Este nuevo movimiento obrero se extiende por países como Vietnam, Camboya o Bangladesh, donde 800 mil obreras textiles vienen de protagonizar recientemente una heroica huelga que conmocionó al país. Por otro lado, el proletariado de Occidente, que encorsetado por la burocracia de los grandes sindicatos, con la excepción parcial de Grecia, aún no ha dado ejemplos de esta magnitud frente a la crisis, aunque apostamos a que la huelga general convocada en el Estado Español para el 29 de septiembre pueda convertirse en un gran pronunciamiento de la clase obrera contra los planes de ajuste de Zapatero.

Todos estos procesos estuvieron presentes en los debates de la conferencia así como la continuidad de la crisis mundial, la cual, no sólo dejó atrás toda la serie de especulaciones sobre los pretendidos “brotes verdes”, sino que dio un nuevo salto plasmado en la crisis europea. A lo que tenemos que sumarle la situación de crisis que padece el imperialismo norteamericano en Afganistán —que hizo a Obama abandonar las promesas de retirarse, reconociendo que la ocupación militar se va a extender como mínimo hasta el 2014—, al mismo tiempo que la publicación de los informes en WikiLeaks sobre las matanzas de civiles, los bombardeos indiscriminados y toda una serie de crímenes perpetrados por las tropas norteamericanas y de la OTAN muestran la verdadera cara del gobierno de Obama.

LVO: Aquellos ataques que mencionabas a las conquistas y a las condiciones históricas de la clase obrera en Occidente, ¿qué cambios produjeron en la conciencia de los trabajadores?

EA: Desde el punto de vista subjetivo el rasgo distintivo de la etapa de restauración burguesa fue que las múltiples conquistas parciales que había obtenido el proletariado en el período anterior, al no ser utilizadas como puntos de apoyo para el avance de la revolución a escala mundial, se le fueron volviendo en su contra una tras otra. No solamente la burocracia de los estados donde se había expropiado a la burguesía se pasó de lleno al bando de la restauración, sino que en el resto de los países las direcciones históricas de la clase trabajadora, como los PS y los PC, fueron los aplicadores directos de las contrarreformas neoliberales, y las cúpulas de los sindicatos fueron cómplices o se mostraron impotentes para frenar esos cambios. En nuestro país la reconversión en clave neoliberal del peronismo durante los ’90 fue parte de este fenómeno. Este proceso tuvo como efecto inmediato la desmoralización en las filas de la clase obrera, la pérdida de confianza en las propias fuerzas, dando paso a una oleada de triunfalismo burgués y de pesimismo histórico sobre las capacidades del proletariado, que paradójicamente se producía en una etapa donde la clase obrera lograba una extensión, en términos objetivos, como nunca antes en la historia. Hoy son más de 3 mil millones los trabajadores asalariados, y la población urbana supera a la rural por primera vez en la historia.

LVO: ¿Cómo encontró esta etapa al propio trotskismo?

EA: Luego de la segunda guerra mundial, las corrientes trotskistas se fueron distanciando del legado de Trotsky, algunos esperando una autorreforma de la burocracia, y en la mayoría de los casos actuando como consejeros o depositando sus expectativas en el avance del socialismo de la mano de diferentes stalinismos nacionales, como Mao o Tito, o direcciones nacionalistas burguesas.

Sin embargo, aunque en aquellos años donde el mapa parecía “pintarse de rojo”, como decía quien fue quizá el principal dirigente del trotskismo argentino, Nahuel Moreno, era evidente que incluso en los lugares donde hubo grandes revoluciones como en China, Yugoslavia, o Cuba, la inexistencia del proletariado más concentrado como sujeto social, la falta de organismos de autoorganización de las masas y la conducción de los procesos por partidos únicos de tipo stalinista, significaban al mismo tiempo un freno para el desarrollo internacionalista de la revolución y el avance hacia el socialismo. Más aun, esas organizaciones, frente a la ofensiva del capital, demostraron su carácter contrarrevolucionario plegándose a los ataques.

Cuando esto finalmente sucedió, la respuesta fue una suerte de “socialdemocratización”, algunos manteniendo en los papeles el programa y otros directamente rompiendo con el trotskismo. Fue un nuevo salto en la adaptación a los escenarios del régimen burgués, ya sea al sindicalismo “normal”, a las elecciones cada dos años, a la vida universitaria, etc., y junto con esto se desarrolló una visión derrotista para con el movimiento obrero.

Nosotros creemos, desde el punto de vista subjetivo, que sólo revoluciones clásicas con el proletariado como sujeto y con formas de autoorganización pueden conducir al avance a la revolución internacional y de esta a la mundial, mientras que con “direcciones cualquiera” por más conquistas que se logren, tarde o temprano si no son puestas en función de este objetivo se transformarán nuevamente en su contrario.

LVO: ¿En qué consistió la discusión sobre Latinoamérica?

EA: Por un lado, en la situación general hay dos dinámicas: una al norte del canal de Panamá, donde hay más gobiernos de derecha y más injerencia del imperialismo como vimos en Honduras, o con la invasión militar a Haití, o los ejercicios militares de la IV Flota en Costa Rica; y otra en Sudamérica, donde sin crisis económica aguda pero tampoco lucha de clases aguda, la burguesía logró, por ahora, mantener cierta estabilidad después de los levantamientos populares y campesinos de comienzos de la década. Mientras tanto, el proyecto más ofensivo de las burguesías latinoamericanas para el regateo con el imperialismo, que fue el ALBA, ahora está en crisis. Vemos que a lo que asistimos actualmente es el fin del ciclo de luchas donde el campesinado y los pobres eran hegemónicos, y el proletariado empieza a dar sus primeras luchas independientes: rebelión de fabriles en Bolivia, luchas en Venezuela (que lograron ser frenadas en la coyuntura mediante los asesinatos por sicarios de líderes sindicales), el sindicalismo de base en Argentina, etc. Es decir, el proletariado empieza a mostrarse como una clase independiente del bloque popular de conjunto, aunque lentamente y sin constituirse aún, por el bajo nivel de la lucha de clases, en un peligro para la estabilidad burguesa “reformista”.

Por otro lado, discutimos como un punto clave de la situación latinoamericana la encrucijada que vive en la actualidad Cuba y de cuya resolución depende el avance o no del imperialismo imponiendo nuevas cadenas a la región. Consideramos que la defensa activa de las conquistas de la revolución cubana contra el imperialismo y los planes restauracionistas de la burocracia es una tarea de primer orden para los revolucionarios en la actualidad.

Tanto las posiciones que identifican la defensa de las conquistas de la revolución cubana con la defensa del régimen burocrático, justificando el curso restauracionista del gobierno, como aquellas que sostienen que la cuestión pasa por cambiar el régimen para obtener libertades democráticas formales, reproduciendo las campañas demagógicas del imperialismo, expresan dos formas distintas de apoyar a alguno de los agentes de la restauración del capitalismo en Cuba, ya sea la burocracia gobernante o directamente el imperialismo. La Liga Internacional de los Trabajadores (LIT) se ha plegado abiertamente a la variante socialdemócrata poniendo como eje la “lucha frontal contra la dictadura” y reclamando “libertades democráticas para los burgueses”.

Los revolucionarios, al tiempo que enfrentamos el bloqueo imperialista y defendemos las conquistas que se mantienen de la revolución, tenemos que luchar por una revolución política que sea capaz de establecer las bases de un estado revolucionario.

La conferencia discutió un documento especial sobre Cuba que hace una apreciación actual de la relación de fuerzas y la situación en la isla, que publicaremos próximamente, y resolvió lanzar una gran campaña por la defensa de Cuba frente a la burocracia restauracionista y el imperialismo, que consideramos que debe ser una de las tareas fundamentales de los revolucionarios en Latinoamérica. Como parte de estas iniciativas vamos a inaugurar un portal especial sobre Cuba para que todos los trabajadores puedan seguir cotidianamente la situación en la isla y donde expresaremos los principales debates a los que me refería.

LVO: ¿No creés que frente a la crisis habría que llamar a una conferencia o congreso de las decenas de grupos nacionales y tendencias internacionales que en todo el mundo se reivindican trotskistas?

EA: Si surgieran reagrupamientos de este tipo no te quepa la menor duda que participaríamos e intentaríamos discutir un programa marxista revolucionario consecuente y orientarlos hacia la fusión con lo más avanzado de la vanguardia obrera. Sin embargo, esto es altamente improbable porque en estas últimas décadas se han agudizado las diferencias, teóricas, políticas y estratégicas entre todos los componentes del llamado “movimiento trotskista” y nadie tiene hoy el proyecto de hacer ese tipo de conferencia internacional. A grandes rasgos, las distintas tendencias y organizaciones, o bien continúan actuando en forma conservadora como si nada hubiera pasado combinando distintos grados de oportunismo y sectarismo, como es el caso de la LIT dirigida por el PSTU de Brasil que sigue con un proyecto estrecho de “reagrupar al morenismo” a nivel internacional; o bien se han transformado en grupos “liquidacionistas”, como es el caso del Secretariado Unificado (mandelista), que apuesta en todo el mundo a diluirse en partidos amplios con sectores reformistas liquidando la estrategia de formar partidos obreros revolucionarios.

LVO: El PO, sin embargo, no plantea el desarrollo de una tendencia sino de una unificación en una organización que ellos llaman Coordinadora por la Reconstrucción de la IV Internacional…

EA: Históricamente el PO tenía su propia tendencia latinoamericana junto con el POR boliviano de Guillermo Lora. Esta tendencia estalló ya hace mucho tiempo. En los últimos años se produjo una ruptura con el principal grupo solidario con PO que era Causa Operaria de Brasil. A partir de ahí empezaron a reforzar la política de la CRCI de la que hablás. Durante mucho tiempo sostuvieron que había que organizar a todos los que aceptaran cuatro puntos y como eje central la dictadura del proletariado. Desde que surgió la crisis mundial entraron en contradicción con el grupo italiano, uno de los tres o cuatro grupos que conforman la CRCI, ya que según Altamira estos no compartían la caracterización sobre la crisis. Recientemente, han planteado con la firma de Grisolía, el dirigente de un grupo italiano (que ahora parece que sí comprende la crisis), que: “La caracterización de la crisis mundial capitalista y las tareas que se desprenden de ella son el eje de delimitación política en la izquierda y el trotskismo. Sin otras condiciones que esta base teórica y la correspondiente acción práctica, reiteramos nuestro planteo de refundar la Cuarta Internacional”.

Este llamado, si fuera serio, debería contener los lineamientos del programa y la estrategia para enfrentar la crisis. Mucho nos tememos que eso sólo sea una maniobra, y que, en última instancia, el PO se guarde como siempre el derecho arbitrario de determinar en forma sectaria quienes “comprenden” o no la magnitud de la crisis, como hizo con Grisolía. No necesitamos aclarar que el PTS y la FT en su conjunto no sólo caracterizan y sostienen el carácter histórico de la crisis sino que luchan en todos los países donde existen para unirse con la vanguardia proletaria en base al programa de transición y la estrategia del trotskismo. Pero las razones por las cuales el PO excluye al PTS y a la FT de su llamado no se deben a ninguna diferencia sobre “el carácter histórico de la crisis” sino por el simple hecho de que hemos tenido más éxito que el PO y sus amigos en fusionarnos con los mejores elementos de la vanguardia obrera que salen a lucha en esta crisis como lo demostró en el último año la participación en Kraft en Argentina, el rol de liderazgo de nuestros compañeros de Brasil en la heroica huelga de más de 50 días del SINTUSP, o la intervención en la lucha de los electricistas mexicanos de nuestros compañeros de la LTS. Si la dirección del PO y los grupos de la CRCI no inician una discusión seria con el PTS y la FT quedará claro que su “propuesta” no es más que un mero “charlataneo” para aparecer como internacionalistas frente a sus militantes.

LVO: Por último, el acto en el 70 aniversario del asesinato de Trotsky demostró no sólo un PTS, sino una organización internacional (la FT-CI) dinámica. ¿Qué relación establecés entre el desarrollo de la FT y la reconstrucción de la IV internacional como partido mundial de la revolución socialista?

EA: En efecto, el acto al que asistieron miles de compañeros, representantes del sindicalismo de base de nuestro país, del movimiento democrático, estudiantil, etc., y donde hablaron múltiples oradores de Latinoamérica y Europa, fue la culminación de una conferencia donde se vio el desarrollo de jóvenes organizaciones marxistas revolucionarias que pegaron un nuevo salto en el último año, como en el caso de México -contra la corriente-, de Brasil, o de Argentina. Sin embargo, siempre hemos sostenido que la construcción de un partido mundial de la revolución socialista no será el producto de un desarrollo evolutivo de las pequeñas organizaciones -incluido el PTS- que hoy componen nuestro agrupamiento internacional.

Desde el estallido de la crisis mundial venimos insistiendo en que el trotskismo, que concentra lo mejor de las experiencias del marxismo revolucionario en Occidente, sólo puede dejar de ser marginal si se fusiona con los mejores elementos de la vanguardia obrera de todos los países. En ese sentido, es un pequeño símbolo doblemente auspicioso la presencia en la conferencia como invitado del compañero Manuel Georget, dirigente de la CGT de Chartres y líder del único intento de control obrero que se dio en Francia en el último período. Digo doblemente auspicioso porque el compañero lucha también, como miembro del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) una organización que cuenta con miles de militantes, por formar una tendencia revolucionaria dentro de este partido.

En Francia, desde la FT, primero coincidimos con los compañeros del ex grupo CRI en la tendencia CLAIRE, luego avanzamos hacia el llamado a una tendencia revolucionaria donde participan compañeros obreros y dirigentes que han sido referentes de luchas importantes. El vuelco enérgico a la rica lucha de clases que ha habido en Francia durante este periodo es lo que ha permitido esta confluencia, y tenemos la esperanza de que mayores intervenciones en la lucha de clases y una intervención común en el próximo congreso del NPA, que está planificado para fines de este año, permita desarrollar una corriente dinámica en este partido, que sea una alternativa a la orientación oportunista y electoralista de la dirección del mismo. Es decir, que la combinación de una fuerte intervención en la lucha de clases y de un combate en los nuevos fenómenos políticos, en este caso el NPA, podrá hacer surgir nuevos fenómenos progresivos que sean muy superiores a la FT o a las diversas organizaciones que se reclaman del trotskismo en todo el mundo. Y esto tiene una importancia especial, ya que Francia no es sólo un lugar importante para la lucha del movimiento obrero sino que es uno de los países donde el trotskismo tiene mayor fuerza históricamente.

La FT ni considera que la IV internacional va a surgir de su evolución natural como tendencia, ni confía en “reorganizar” al movimiento trotskista realmente existente a través de conferencias o congresos, cuestión que consideramos utópica por las diferencias de todo tipo que señalé antes. Nuestra organización se constituyó en la última década como un reagrupamiento defensivo creado para sostener en una época reaccionaria la teoría, la estrategia y el programa del trotskismo principista, atacado por todo tipo de revisionismos. Hoy, sin embargo, hay que dar pasos concretos en la reconstrucción de la IV Internacional. Por eso, lo que está planteado es lograr convergencias a partir de políticas en común en la lucha de clases, conquistando reagrupamientos, no sólo con lo mejor de la vanguardia obrera “independiente” en los “tests ácidos” de la lucha de clases, sino también buscando orientaciones comunes y acuerdos con aquellos sectores marxistas revolucionarios con los que empecemos a compartir un programa y una estrategia.