viernes, 1 de marzo de 2013

Marcha para repudiar la impunidad *


Por Damián Escobar


El pasado lunes 25/2 se llevó a cabo la concentración en repudio al fallo de inconstitucionalidad de la ley de Imprescriptibilidad de los delitos de la dictadura, dictaminado por la Suprema Corte de Justicia. La concentración, que movilizó más de 5.000 personas, fue convocada en primera instancia por la central obrera (PIT-CNT), la FEUU (federación universitaria) y los organismos de DDHH. Ante el escándalo del fallo y frente a la indignación de amplios sectores, el día sábado el FA decidió convocar a la actividad (como forma de reubicarse a la “izquierda” en este tema).
Se hicieron presentes varios legisladores y dirigentes reconocidos del FA. Si bien el FA logró contener la rabia de los concurrentes (en su mayoría base del propio FA) logrando que la manifestación conservara el carácter “silencioso” (a pesar de que por momentos hubo intentos de romper el silencio) con el que fue convocada, y hasta logrando que la mayoría de los presentes cantaran el himno nacional, en el estado de ánimo general de la gente quedaba a la vista el descontento por la actuación del propio FA en este tema. Es que el partido de gobierno ha garantizado sistemáticamente la no anulación de la Ley de Caducidad con diversas maniobras y bochornos públicos, dejando claramente expuestas sus intenciones de reconciliar a las fuerzas represivas con el pueblo.
Algunos podrían interpretar que el FA demostraría fuerzas frente a todo el arco político con el objetivo de convocar a juicio político contra los ministros de la SCJ. Sin embargo, los dichos de Tabaré Vázquez el martes terminaron de echar por tierra la posibilidad del juicio político. El ex presidente fue claro cuando afirmó que se respetarían los fallos de la Corte, mostrando el compromiso de Vázquez y todo el FA con el régimen. Queda demostrado entonces que el FA buscó hegemonizar la manifestación con el objetivo de contener y desmontar todo desborde por izquierda buscando pasar la página y dejar este episodio en el olvido. Una de las postales de la manifestación fue cuando se terminó de cantar el himno nacional, cuando las personas presentes no sabían qué debían hacer, es decir, si “hacer palmas”, “gritar”, “quedarse quietos” o “irse”. Una verdadera foto del desconcierto y la desmoralización en la cual nos ha formado el reformismo.
Para lograr el juicio y castigo a los militares torturadores y asesinos es necesario que esta manifestación sea el punto de arranque de una coordinación amplia de los organismos de DDHH, los sindicatos combativos y la izquierda. Una coordinación de frente único que se dote con un programa y una estrategia independiente para imponer nuestras demandas movilizados en las calles.
Desde el grupo de militantes de la FT-CI en la agrupación Tesis XI impulsamos la convocatoria a la concentración para que se expresara una política independiente de todas las alas del régimen burgués, incluido el FA. En una marcha donde la dirigencia frenteamplista quería imponer la unidad por encima de las diferencias políticas, nuestras pancartas contra la reconciliación y la impunidad (pactada en 1984 en el Club Naval) causaron la aceptación de amplios sectores.

* Artículo publicado en el semanario La Verdad Obrera Nº 512 del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina, miembro de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional (FT-CI), disponible en http://www.pts.org.ar


Entrevistamos a Leonardo Flamia, estudiante de Humanidades:

¿Por qué crees importante estar hoy aquí?
Es importante estar aquí para marcar el más explícito rechazo a la SCJ y para manifestarse contra la impunidad. La cuestión de venir o no genera una situación contradictoria, ya que convocan el FA y el PIT-CNT que han sido garantes por izquierda de la impunidad. Pero no venir hubiera sido terrible, ya que es una demanda progresiva sentida por sectores amplios. Por lo tanto es importante marchar delimitados políticamente de la derecha y el FA.
¿Cuál te parece que ha sido el rol de los partidos del régimen (incluido el FA)?
Los partidos del régimen han sido todos responsables de la impunidad. Esto comienza con el Pacto del Club Naval… El FA nunca tuvo una política sistemática para enjuiciar a los militares. Ya con el FA en el gobierno, Vázquez y todo el FA se han encargado de llamar a la reconciliación con el Día del Nunca Más. Mujica siguió esa línea y dio un salto diciendo que no quería viejitos presos y que la lucha no era por justicia, sino que era “por los huesos”. Lo otro fue lo de la Ley Interpretativa, en la que se dio el caso de un “veto presidencial por vía del parlamento” a partir del pedido de Mujica a Semproni que no votara la ley.
¿Cómo debería continuar esto?
Hay que continuar con la movilización para denunciar a instituciones reaccionarias como la corte y los partidos burgueses… No hay que confiar en los fallos de organismos como la Corte Internacional de Derechos Humanos. En lo que respecta al ánimo de la gente, creo que se puede abrir un escenario en el cual el descontento frenteamplista podría comenzar a expresarse en marchas como la del 20 d Mayo.



Entrevistamos a Germán, estudiante de Humanidades:

¿Qué reflexiones te genera la movilización de hoy? 

La creación de espacios donde pensar se vuelve un imperativo que nos ubica críticamente en las antípodas del pensamiento acríticamente arrojado a las necesidades del consumo.
En tiempos de subjetividades anestesiadas por el canto conciliador de políticos, seudo-intelectuales, sindicatos burocratizados; toda apuesta que intente posicionarse en la superación de las relaciones de mercados concernientes al costo-beneficio se vuelve la condición que posibilita la problematización de las mismas.
Ante el fetichismo de la banalidad, facebook, Tinelli, una actitud reflexiva ante toda forma de gobierno se vuelve imprescindible.        

¿Cuál te parece que ha sido el rol de los partidos del régimen incluido el FA en relación con la impunidad?
El rol que han ejercido la mayor parte de los partidos, entre los cuales se encuentra el FA, desde la política del olvido se refleja en sus políticas conciliadoras, así como en las movilizaciones populares. La política de la reconciliación manifiesta ciertas consecuencias que no pueden ser reprimidas, tal es el caso del traslado de la jueza Motta al ámbito de lo civil, declaración de inconstitucionalidad de los artículos 2 y 3 de la ley 18.831 que impide la imprescriptibilidad de los delitos cometidos por la dictadura. Estos hechos se inscriben como retorno de aquello reprimido, terrorismo de estado, violación de derechos humanos. Lo traumático de la década del 70 tiende a la repetición, lo reprimido se nos intenta manifestar de la forma que sea, el silencio de la gente en las marchas, incredulidad de los jóvenes en la política refleja el paso previo para significar aquello que desde el actual gobierno de estado no se nos permite.      

¿Cómo te parece que debería continuar esto?
La creación de un frente único que reivindique las demandas del pueblo en relación a los crímenes del 70 es un camino para emanciparnos de un quiste que desde el silencio, fomentada por la clase política, nos sigue determinando.


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